El período de reproducción de las iguanas depende del hábitat donde se encuentre. Cuando ejemplar vive en sus condiciones naturales la reproducción suele ocurrir entre los meses de enero y abril. Por su parte, cuando se hallan en cautiverio el proceso reproductivo se extiende entre octubre y abril.
Al igual que otras especies, las iguanas se cortejan antes del apareamiento. Como parte de ese momento, tanto la iguana macho como la hembra realizan movimientos de cabeza y cola. Con tales gestualidades el macho intentará montar a la hembra, la cual, solo si está receptiva, facilitará el acto apareamiento levantando la cola. En el acto, el macho le sujeta la cola con una de sus patas y le muerde el cuello. El apareamiento tiene un tiempo de duración entre 10 y 45 minutos.
La iguana hembra en edad reproductiva necesita cuidados especiales. Sucede que antes de iniciar el período de apareamiento, la hembra deja de alimentarse, al menos con dos semanas de antelación, y no lo hará hasta que culmine, completamente, el proceso.
Tal situación obliga a que el dueño de una iguana preste gran atención a la alimentación de la mascota femenina, antes de que se inicie el período de apareamiento.
Sin embargo, es importante saber, que aunque durante el período de apareamiento la hembra no come, sí bebe agua en abundancia. Esto debe ser aprovechado para diluir calcio en el líquido. Asimismo, es importante que el agua se mantenga fresca y limpia.
Dos meses después del apareamiento, la iguana hembra pondrá alrededor de 80 huevos. En estado natural, la iguana busca un terreno blando donde cavar un hueco que servirá de nido para sus huevos, los cuales serán recubiertos para que entre 50 y 100 días nazcan las criaturas.
Cuando la iguana termina de cavar para poner los huevos suele estar delgada y deshidratada. El agua, la comida y las vitaminas deben serle reforzadas a partir de ese momento. Si por la escasez de fuerza no puede hacerlo, se le debe dar agua con calcio mediante una jeringuilla sin aguja.
Por su parte, las iguanas machos se tornan más agresivas y se precisa cuidado para manipularlas pues pueden morder y golpear con la cola. En esa etapa el macho centra su atención en proteger su territorio, en detrimentos de actividades vitales como alimentarse, beber agua y defecar en el agua.
Las iguanas macho por lo general se vuelven más agresivas y menos manejables durante esta etapa y como podéis imaginar, una iguana adulta puede hacer bastante daño, por lo que debemos estar preparados y manejarla con cautela.
En cautiverio, la puesta de los huevos debe planificarse bien. Por ello, el dueño puede instalar un lecho de arena recubierto con turba mojada, en el fondo del terrario. En este ambiente se recomienda recoger los huevos y colocarlos en una incubadora para, en primer lugar, impedir que el macho se los coma. Al hacer este tránsito se debe procurar no alterar la posición que el huevo tenía en el terrario.
El aspecto de los huevos de una iguana es similar al de una pelota de pin pon, por su tamaño, color blanco y forma ovalada. Asimismo, requieren temperaturas específicas en la incubadora: 28ºC a 31ºC durante el día, y 25ºC y 27ºC en la noche.
Cuando nacen las iguanitas, estas deben permanecer un día en la incubadora, para posteriormente incorporarlos al terrario donde se hallan sus padres, y el cual, por supuesto, debe estar limpio.
También te interesará:
Send this to friend
La relación de una iguana con su dueño depende del grado de familiaridad y confianza con su dueño. Por lo...