Una de las aves rapaces más emblemáticas sin duda es el águila real. Este animal se ha convertido para muchas naciones en un símbolo de poder y fuerza. Perteneciente a la familia de las Accipitridae, las águilas reales han llegado a poblar desde Europa y Asia, hasta parte de Norteamérica, encontrándose también pero en menor cantidad en África. En España también es posible encontrarse a esta rapaz, siendo muy habitual en nuestros bosques y zonas montañosas. Debido a su facilidad de cría no se encuentra en peligro de extinción y también por todo lo que esta ave representa.
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El nombre científico de este rapaz es Aquila Chrysaetos, aunque comúnmente se la conoce como águila real, en otros lugares la denominan águila caudal, destacando sobre todo por tener un plumaje marrón oscuro, pero que cuando le da la luz del Sol se vuelve brilloso y este color cambia a una tonalidad más clara. Solamente en las patas o por el vientre este color se clarea siendo un marrón mezclado con blanco, aunque según la subespecie puede ser incluso blanca por completo. Otra de las características físicas que puedes ver es que tanto su pico (aunque en menor proporción) como las garras son de un color amarillo intenso.
La curva de su pico le ayuda a desgarrar mejor la carne.
Su tamaño es bastante grande comparado con otros aves de su categoría, puede llegar a medir desde los 76 centímetros hasta cerca del metro de largo, longitud que variará según el sexo del animal. Si hablamos de la envergadura que tienen cuando expanden sus alas, se han llegado a dar casos de águilas reales que han superado los 2 metros y medio de un ala a la otra, aunque lo habitual es que sobrepasen los 2 metros solamente. Es por este hecho que cuando se ve en el campo un águila real volando impresiona tanto.
Las águilas reales presentan dimorfismo según el sexo del animal. En primer lugar las hembras son mucho más grandes que estos, siendo también más pesadas con una diferencia entre dos o tres kilos. También su coloración cambiará levemente, teniéndose que fijar muy bien en todos los detalles. Tanto en los machos como en las hembras, tendrán una coloración dorada apagada en la parte posterior de la cabeza y si miramos entre las patas y por debajo delas alas su color será grisáceo. La punta del pico es prácticamente negra, con una tonalidad amarilla en el resto. Tanto el pico como las garras son afiladas, en el caso de estas últimas, de poder atrapar con fuerza a sus presas, haciéndole el mayor daño posible, y en el caso del pico, poder darle un toque mortal e incluso desgarrar carne.
El águila real observa siempre a su presa desde las alturas.
Si nos fijamos en sus aptitudes, este animal tiene una velocidad impresionante gracias a su cuerpo aerodinámico, haciendo hincapié en las alas de este animal, ya que tanto la envergadura anteriormente descrita como una anchura mucho mayor que en otras especies le ayuda por un lado a controlar el planeo que realiza cuando el águila real ibérica está cazando, pero también a la hora de batir sus alas para ganar velocidad.
Las águilas reales tienen una facilidad enorme de adaptación al medio, siendo este el principal motivo por el que se la suele encontrar en prácticamente todos los continentes del mundo. Una de las características que debe tener el lugar donde habita es sobre todo áreas en las que pueda volar libremente y ver desde el cielo la tierra, con el fin de tener mayor facilidad a la hora de la caza. Este será otro requisito, ya que para poder vivir cómodamente necesita un territorio que tenga bastantes presas, puesto que es un ave bastante voraz. Suelen anidar cerca de las montañas, por lo que estos lugares suelen ser los elegidos, tanto por la proximidad del nido, como también porque suponen un lugar alto y libre de obstáculos, ya que por lo general alrededor de las montañas el número de árboles decae.
Algunas subespecies tienden a migrar a climas más cálidos.
Según la subespecie que nos encontremos, pueden llegar a migrar o no, por ejemplo, las que se encuentran en lugares que se encuentran cálidos durante todo el año, se quedan por los alrededores del lugar de cría, puesto que no tienen necesidad de buscar una zona más apetecible, sin embargo, aquellas que viven por las regiones más al norte de Europa o Asia, estas prefieren migrar al sur, donde se van a encontrar temperaturas menos frías.
Las águilas reales no tienen una dieta fija, es decir, pueden comer todo tipo de animales que se encuentren mientras van volando. Se les considera oportunistas por este motivo, ya que pueden dar caza desde conejos, nutrias, o cualquier otro animal que puedan agarrar con sus garras. En muchas ocasiones se ha conseguido grabar imágenes en las que un águila real ha agarrado a una cabra montesa y la ha despeñado con el fin de que la caída matase al mamífero, ahorrándose esfuerzo en esta labor y teniendo suficiente comida para todo el día.
Estas águilas pueden llegar a volar a una velocidad superior de los 100 km/h.
El método de caza es muy similar tanto en uno como en otro caso, la excelente visión de este ave rapaz detecta cualquier presa que se encuentre incluso a kilómetros de distancia, cuando ha encontrado la distancia perfecta desde el cielo, se deja caer a más de 100 kilómetros por hora haciendo un ataque rápido y que en la mayoría de los casos la presa no se espera. Cuando en el menor de los casos, la presa consigue huir a este ataque, el águila la sigue, intentando desgarrarla con sus garras y dándole picotazos, hasta que la deja herida de muerte.
Si la presa es muy grande, como en el caso de la cabra montesa, el águila comerá todo lo posible en el lugar en el que se encuentre, pero si se trata de un animal menor, con un peso de menos de 5 kilos, se lo llevará a su nido para degustar su presa con más tranquilidad.
Esta especie cuando encuentra su pareja suele tenerla a su lado prácticamente todo el resto de su vida, al igual que el nido en el que han formado su familia. Estos nidos pueden estar sujetos en las ramas de los árboles o en huecos rocosos de difícil acceso, evitando así que cualquier depredador pueda matar a sus polluelos. Estos nidos suelen ser de gran tamaño, ya que constantemente lo están arreglando para que no haya desperfectos posibilitando una caída.
Generalmente tienen de entre 1 a 4 polluelos.
La hembra del águila real suele poner una media de entre 1 a 4 huevos, los cuales se abren para dar paso a los polluelos a los 45 días aproximadamente. Estos se encuentran recubiertos por un plumón de color blanquecino y durante más de un mes y medio van a ser alimentados por completo tanto por el padre como por la madre. Puede llegar a pasar medio año hasta que un polluelo se considere ya un águila real joven y sea lo suficientemente independiente como para, además de buscar su propio alimento, hasta de crear su nido, siendo a los 4 años cuando ya alcanza la madurez sexual, pudiéndose reproducir.
Es muy difícil que se encuentre una amenaza natural para este tipo de aves ya que es una de las principales depredadoras del territorio en el que se encuentra, evitando siempre aquellos lugares en los que se frecuentan otras aves rapaces de mayor envergadura, consiguiendo de esta manera evitar ser atacada. Sin embargo, su mayor amenaza va a venir por otro lado, como es el ser humano. Aunque el águila real no se encuentra en peligro de extinción, sobre todo gracias a la fácil adaptación que tiene a cualquier clima y a cualquier región, es bien sabido que algunas acciones del hombre hacen que el número no llegue a crecer tanto como debería.
Uno de los motivos por los que el águila muere a manos del hombre es por la caza furtiva, en ocasiones se les dispara a estos animales indiscriminadamente para conseguir un trofeo mayor. Aunque es cierto que el águila real es utilizada en cetrería, también se considera una buena presa para algunos cazadores.
Otro de los principales motivos por lo que el águila real es amenazada es por la pérdida de su hábitat natural. Cada vez son más las carreteras que se van construyendo, sin importar que en esa zona pueda haber una población de estas aves, este ajetreo hace que las águilas se marchen a otros lugares o incluso se han dado caso de muertes por atropellos.
Documental «El hombre y la Tierra» sobre águilas reales.
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